El poder del sexo consciente
El sexo, tal como lo entendemos habitualmente, está muy influenciado por la mente. A diferencia de los animales, los seres humanos, elegimos tener relaciones sexuales o no tenerlas. Los animales, no le dan muchas vueltas al tema, cuando sucede, sucede, y cuando no sucede, no sucede. Nosotros, por el contrario, podemos elegir, no sólo si tenerlo o no, sino también como tenerlo. Indudablemente, el sexo puede producirnos alegría, placer y bienestar, así como la posibilidad de que se dé el amor y la conexión, pero no podemos obviar que también nos trae tristeza, malestar, decepción, trauma, eyaculación precoz, disfunciones eréctiles, la ansiedad por hacerlo bien, dificultades para llegar al orgasmo incluso dolor físico durante el coito. Como ya sabemos, muchas parejas se separan por cuestiones relacionadas con la vida sexual que mantienen.
Es un hecho, que muchos de nosotros pensamos que llegar al orgasmo es la razón principal para tener encuentros sexuales pues es lo que se espera. Hemos programado la mente de tal modo que entendemos que el sexo tan sólo tiene un fin muy específico que es el de llegar al clímax, y es precisamente esa programación de la mente lo que produce estrés y tensión. Se trata del ‘tener que’… ‘tener que’ brindar un buen rendimiento, ‘tener que’ satisfacer a nuestra pareja, el ‘deber tener’ un orgasmo, o ‘tener que’ retrasar el momento del mismo, y después, cuando las cosas no van de acuerdo con las expectativas o con nuestros deseos, empezamos a alejarnos el uno del otro perdiendo la intimidad y el interés. Probablemente, al final dejemos de intentar recuperar la relación y empecemos a buscar una nueva persona con la esperanza de que la cosa vaya mejor la siguiente vez.
¿Qué estilo de sexo practicas tu?
El propósito de este artículo es compartir con el público la siguiente idea: todos los problemas mencionados anteriormente NO SON inherentes al sexo. Así que no es el sexo en sí, sino el estilo de sexo que estamos practicando el que puede causar problemas. Un tipo bastante común es el sexo ‘mental’, donde simplemente no dejamos de pensar en ello, incluso durante el coito nos preguntamos ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Le gusta esto? ¿Voy o llegar o no voy a llegar? ¿Va a tardar mucho? etc. Por supuesto, si creemos que el orgasmo es la razón por la cual decidimos hacer el amor, éste tiene que ser así: caliente, intenso, nos debe llevar siempre a la máxima excitación. Sin embargo, existe otro estilo, otra manera de relacionarse en la intimidad: el sexo consciente.
El sexo consciente utiliza la atención plena de la mente (mindfulness)
En el sexo consciente seguimos haciendo uso de la mente. Pero a diferencia del sexo mental, utilizamos la mente de otra manera, como cuando queremos redirigir la atención al cuerpo, o para mantenernos despiertos y centrados en las sensaciones del organismo entero. Podríamos decir, que no nos quedamos absort@s en los pensamientos, sino que entramos en un estado meditativo durante la relación sexual en el que la atención se dirige hacia dentro con el fin de sentir cada parte de nuestro cuerpo. El sexo consciente es más que tener sexo, es SER el sexo sin ningún otro objetivo.
El sexo consciente no tiene ningún objetivo
Lo repito, en el sexo consciente no existen objetivos ni metas, ni tan siquiera la necesidad de llegar al orgasmo, pues en el sexo consciente el único fin es el sexo en sí mismo. El orgasmo, es por supuesto una opción, una elección, y puede darse, después de una hora, o dos, o tres, pero también puede no darse, y como ya hemos dicho anteriormente, no es precisamente una cuestión relevante que se deba ‘trabajar’ . En realidad, se trata más bien, de relajarse y disfrutar de cada momento de este viaje.
El sexo consciente es como un viaje – Viaje Tántrico
El sexo es como un viaje dónde tu elijes dónde y cuando empezar y acabar. Imagina que un día decides salir fuera de la ciudad y pasarlo en la naturaleza. Imagina que es un día bonito, con un cielo despejado. Finalmente llegas a un punto, donde tienes que tomar una decisión: seguir una de tus rutas favoritas hasta la cima de la montaña, o quedarte en el valle. Por mucho que te guste subir la montaña, ese día decides quedarte por el valle, hacer un paseo lento, explorar el bosque y relajarte al lado del río. Y es así como pasas ese día, sin plantearte ningún objetivo especifico, sin hacer mucho esfuerzo, sin cansarte, como normalmente sucede después de subir al pico. De manera análoga, podríamos decir que el sexo consciente consiste en poder decidir quedarte por los valles, sin tener que subir al pico cada vez que sales a dar un paseo por la naturaleza. ¿Te suena esto?. Por supuesto que para embarcarse en este viaje es necesario tener la mete abierta, curiosa y con ganas de explorar. A todas y a todos nos gusta creer que así es, que somos personas abiertas y curiosas, pero… ¿seguro que es así?
Muchos de mis clientes y clientas comparten un patrón habitual, el de enamorarse según los patrones del amor romántico y acabar desilusionándose. En un momento dado, llegan al punto en el que la pregunta se plantea sola: tiene que haber algo más allá en las relaciones amorosas… así es, tienen razón. La idea de sexo consciente no es nada nuevo. De hecho, ha existido desde hace miles de años. El Tantra, y uno de los aspectos que lo definen es precisamente la capacidad de fusionar el acto sexual con el acto meditativo.
¿En que consiste el sexo consciente?
La manera más fácil para explicarlo es usando los contrastes, una vez invitamos a la atención plena, las cosas empiezan a moverse. Aquí vienen unos ejemplos:
Desde la eyaculación precoz hasta durar más, mucho más, hasta horas.
Desde el dolor físico durante el coito hasta el placer físico.
Desde la presión de realizar un buen acto sexual (performance stress) hasta la relajación y disfrute.
Desde la desconexión y tristeza hasta el sentir la unión con la pareja.
Desde la falta de interés que puede llevar a evitar el sexo, hasta el interés y la curiosidad, la pasión
Desde el sentirse utilizada/o, o vivir el sexo como una obligación hasta sentirse valido y reconocido
De acuerdo, hasta aquí todo suena maravilloso, pero, ¿cómo llegar hasta ese estado meditativo que nos produce el sexo consciente?
Antes de proporcionarte la esencia del sexo consciente, quiero subrayar que lo que voy a decir se aplica a todo tipo de relaciones ya sean heterosexuales, homosexuales, poliamorosas, u otro tipo de relación donde se desarrolle la sexualidad y la afectividad. Pudiendo haber algunas diferencias minúsculas, pero a priori, los principios son los mismos.
Los 9 principios del sexo consciente
1. Elige el día y la hora exacta y ponla en la agenda.
Concretar un número mínimo de horas también puede ser interesante para las mujeres, ya que el cuerpo femenino se calienta y se dispone óptimamente para el encuentro sexual mucho más despacio que el cuerpo masculino. Cuándo el cuerpo de la mujer esta abierto y listo, la calidad del compartir esa unión sexual aumentará automáticamente para ambos. Tener una cita concretada también puede ser muy útil para el hombre pues en general, podríamos estar de acuerdo en que muchos varones se preguntan a menudo cuando van a tener un encuentro sexual. De este modo, si ya saben que lo van a tener determinado día de la semana, se pueden relajar y estar más presentes y centrados durante la relación.
2. Céntrate en estar presente y atento/a a lo máximo posible.
Vive el momento despacio, poco a poco, fijándote en cada detalle y en cada instante.
3. Escanea tu cuerpo.
Comprueba una y otra vez tu mandíbula, hombros, vientre, ano, genitales. Para relajar las tensiones, estírate sacude el cuerpo y date tiempo.
4. Respira profundo y lento, desde el diafragma, arrastrando los genitales.
5. Entra el cuerpo muy, muy despacio y consciente.
En lugar de hacerlo forzando y de prisa, abre el canal milímetro a milímetro. Usa el lubricante y comunícate con tu pareja.
6. Olvídate del movimiento mecánico.
En lugar de producir una simple fricción con un movimiento rápido hacia delante y hacia atrás, fíjate y siente cada micro-movimiento. De este modo aumentará muchísimo la sensibilidad.
7. Haz pausas.
En vez de tratar constantemente de aumentar la excitación: un poco de excitación – pausa, un poco más – pausa, etc.
8. Abre los ojos.
En vez de estar dentro de ti misma/o, sumergida/o en tus pensamientos o fantasías, abre los ojos para estar más presente, aquí y ahora, en contacto visual de vez en cuando, y en ocasiones admirando la belleza de los dos cuerpos, y en el momento que lo desees siéntete libre también de abrir la boca y compartir lo que estas sintiendo.
9. Ten sentido del humor.
De verdad, cosas graciosas suceden bastante a menudo durante el sexo, y todos conocemos los beneficios de la risa para la salud. No dejes de reírte de ti mismo/a primero y después de tu pareja.
En resumen, el sexo consciente nos enseña a permanecer en las zonas más frescas (cooler), y no calentarnos demasiado o demasiado pronto. Es como el fuego, si le pones toda la leña, probablemente crearás un fuego hermoso y radiante, pero se quemará rápido y después no habrá más leña que quemar. Mientras que si pones la leña a trocitos y mantienes la llama modernamente baja, ese mismo fuego va a durar toda la noche.
Por último, no deseo decirte que a partir de hoy tienes que renunciar al sexo mental y al sexo rápido. Simplemente, trata de tener en cuenta los posibles problemas que pueden ocurrir con el sexo menos consciente. Así que mi invitación es a que abras tu mente y simplemente elijas más opciones. Ten el sexo rápido y caliente, cuándo ambos así lo sentís, y el sexo consciente cuándo la relación necesita ser nutrida, para profundizar la conexión entre vosotros/as. Lo más importante en el sexo, es como te sientas DESPUÉS, no directamente después, más bien unos días más tarde. Otra sugerencia que te lanzo es la de que te des un espacio de tiempo después de tener una relación sexual para sentir y reflexionar. Plantéate una pregunta como esta: ¿qué es lo que este tipo de relacionarme sexualmente me aporta a mi a niveles más profundos? Por ejemplo, si es cierto que el orgasmo fue una bomba, pero quizás ¿te notas cansado/ a, o de mal humor, o desconectado/a de tu pareja? Mientras que si decides quedarte en las zonas más frescas, puedes sentirte más refrescado/a, con más energía, motivado/a y queriendo más a tu pareja. Finalmente, lo que te pido es que no me creas a mi, ¡ experiméntalo tú mismo/a, pruébalo en ti mismo/a!
La misión de Detox Emocional es promover la filosofía y las acciones que ayudan a transformar vidas. Poner la Consciencia en nuestra sexualidad puede resultar un cambio profundo en la vida. La Consciencia en el sexo genera el amor y nutre la conexión. Nuestra visión para el cambio es el mundo donde superamos el círculo vicioso de repetir los mismos patrones en cada nueva relación, y empezamos a crecer en el amor, juntos y juntas. Empecemos con la verdadera revolución sexual para crear una experiencia nueva para la humanidad. Un mundo donde las parejas viven en armonía, donde el sexo mejora con el paso del tiempo, donde el sexo trae sanación, conexión, confianza y claridad. Un mundo donde el sexo invita al amor y a la paz universal